La capilla de Melimoyu fue impulsada por el padre Antonio Ronchi en el año 1987 y construida en colaboración con la comunidad durante tres años. La materialidad de esta capilla era a base de ciprés, canelo y mañío y destacaban las puertas que median más de dos metros de altura y fueron talladas a mano por los pobladores locales. Uno de los principales vecinos que colaboró en este proceso fue Robinson Casanova, un colono de la zona miembro de la comunidad católica de la localidad y de oficio carpintero.

El Padre Ronchi fue un pilar fundamental para la comunidad en el proceso de colonización que se estaban llevando en la zona, su presencia ayudó al asentamiento de las familias que estaban llegando, ya sea con apoyo en víveres y materiales como también en torno al acompañamiento y motivación a través de las palabras de la Divina Providencia para que las familias continuaran con sus proyectos de vida conjunta. Por este motivo para muchos, el sacerdote más que un misionero católico era un misionero de vida.

Debido a las malas condiciones materiales en que se encontraba la infraestructura de la capilla, ésta es demolida el año 2019 con el objetivo de construir una nueva respetando y conservando el mismo estilo arquitectónico de la anterior. El año 2021 se termina de construir la capilla gracias a un proyecto licitado por la I. Municipalidad de Cisnes.